Son tal vez, el obsequio de los dioses.
Son quizás, el producto del azar.
Acaso,
estén soldados al destino de la muerte,
o tal vez,
al de no morir jamás.
Son las voces, la memoria que nos dice:
¡Despierten, muertos que caminan!
¡No estamos destinados a no brillar!
Son quizás, el producto del azar.
Acaso,
estén soldados al destino de la muerte,
o tal vez,
al de no morir jamás.
Son las voces, la memoria que nos dice:
¡Despierten, muertos que caminan!
¡No estamos destinados a no brillar!
Fotografía, gentileza de Artes del Mundo. Los derechos pertenecen a su autor.
www.artesdel mundo.com.ar
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