miércoles, 9 de mayo de 2007

Rodin



Que la piedra pueda ser algo delicadamente femenino, como en el caso de la "Venus de Milo", erótico como en "El Beso" o profundamente pensativo como en "El Pensador", es un hecho que excede los límites y es justamente esa milagrosa transformación lo que influye sobre nosotros, nos maravilla y la convierte en obra de arte.


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