miércoles, 18 de julio de 2007

lazos de amor

Cambá Caté se halla mejor, Ezequiel, su apreciado vet. ha recomendado respeto absoluto en lo que refiere horarios, dieta y hábitos. Fue violento saberlo mal, ha sido fuerte la dosis para lograr tumbarlo y fornidos los lazos de amor y respeto que nos unen. Todo ha servido para ver su recuperación. Te preguntarás querido lector que cosa lo perturbó tanto y afectó su estabilidad, pues ocurrió así: Había contactado por chat a un mago, poeta y artista, pasaron horas, días enteros, años comunicándose por ese medio, por correo electrónico y hasta por teléfono. Cambá Caté estaba absolutamente feliz ya que el mago había aceptado con total naturalidad el hecho de conversar con un equino.


-"Es un sensible, un maestro y un amigo"- sostenía Cambá y me encargó que lo ubicara allá en la Ciudad de Buenos Aires y le llevara como obsequio de su parte, una cesta llena de manzanas rojas y manzanas verdes (fruto que considera una delicia absoluta) junto con la invitación a un proyecto de trabajo resultado de tantas conversaciones compartidas.


Cuando logré encontrar al hechicero, me negó absolutamente conocer y conversar ¿¡con un caballo!?, lo cual juzgó un delirio de mi parte, sin mucho más, exigió no ser molestado nuevamente dejando sobre mis hombros la pesadísima carga de informar a nuestro amigo su total desinterés... El resto de la historia ya la has leído. Cambá repuesto y rodeado de su gente que tanto lo quiere se restablece con un destello de tristeza en sus ojos. Tal vez, si algún lector conoce a su maestro Lai y le cuenta que cosa le ocurre a su discípulo, éste le escribiere una línea donde dijese:


-"Vamos, no se ocupe, lo espero en el Rojas para escuchar la lectura de sus relatos..."-


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