martes, 25 de diciembre de 2007

Argiria

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Entre las náuseas y el constante deseo de vómito que me produce este distrito, he logrado cruzar Argiria; un exclusivo barrio donde conviven endogámicos herederos y políticos corruptos junto a alguna poca gente tenaz que con inteligencia ha logrado sus objetivos y esto, a pesar del caldo de cultivo que significan la falta de educación, la exclusión, la mediocridad, la corrupción y el robo legitimado. En esta ciudadela, los valores y el deseo de comportarse ejemplarmente son un anacronismo por eso, en lugar de incentivar a los jóvenes para estudiar con compromiso se recurre al soborno es decir, se les obsequia un carísimo auto importado O KM para que, de alguna manera rindan sus materias.

Me resultó interesante esto: lo que mas precian es aquello que los enferma de muerte.





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