Euterpes en cambio, es una ciudad antropomorfa. Amurallada de guirnaldas. En constante transformación. Instalada en la persepción extrasensorial de las personas. El tiempo en esta capital, no se mide con los ritmos día, noche, cuatro estaciones, temporada alta, temporada baja, etc. En lugar de ello, los lapsos son mensurados musicalmente y de acuerdo con la melodía surgida tomará un forma distinta. Por ejemplo a este ritmo, le corresponde esta apariencia:
y a este compás este aspecto.
Esto de modo infinito en consonancia con las inagotables melodías.
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