sábado, 15 de diciembre de 2007

Con la ciudad a cuestas

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Tiene toda la razón, no debería sin embargo, me descubro en más de una oportunidad avezada a la mirada obtusa deviniendo persona leeeeeeeeeeeeennnnnnnnnnntaaaaaaaaaaaaaa en discurrir...

Acaso ¿visitó Manuelita? Capital laxa por excelencia. Allí, la composición de los tejidos orgánicos de vegetales, animales, ciertos minerales y algunos productos químicos carecen de fibra y por lo tanto, resultan enclenques. La comunicación es raquítica. El pensamiento filosófico y creativo canijo. Las conversaciones inmorales, relajadas y escépticas. El trabajo, el esfuerzo, y el ahínco, fueron desterrados hace algunas décadas. Lo único tenaz en ese núcleo urbano es la existencia vana.

Pido disculpas por los momentos de pensamiento obtuso y a la vez, agradezco su sincera amistad.

Cordialmente,

la 21





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