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Estimado amigo:
Me inscribí y asistí a las actividades inaugurales, de acuerdo con su recomendación, de La Muestra euroamericana de cine-video y arte digital MEACVAD_07. Este tipo de encuentros siempre es interesante por la posibilidad de realizar contactos con maestros y colegas que trabajan desde otras ópticas y situaciones, con otro tipo de recursos; nutriéndose de una variedad cultural a veces desconocida por nosotros. Luego, si es posible desarrollar y mantener un diálogo con ellos sería absolutamente enriquecedor.
Las mesas de presentación, debate y reflexión, presentadas el día de ayer, han sido muy buenas como oportunidad para conocer, ver y escuchar inquietudes y modos de encarar tareas de producción y exhibición.
Como espectadora tuve el gusto de escuchar la siempre apasionada voz de don Clemente Padín, un maestro que no perdió en nada el gusto por lo lúdico, la curiosidad, la solidaridad y empatía con los más jóvenes, como el caso de dos de los integrantes del colectivo artístico Arteproteico. Ver a estos tres jóvenes de la fotografía, uno con la felicidad de la experiencia en su patrimonio y los otros dos ávidos por concretar sus proyectos, con toda la fuerza y potencia propias y no exclusivas de la juventud fue absolutamente conmovedor.
Me inscribí y asistí a las actividades inaugurales, de acuerdo con su recomendación, de La Muestra euroamericana de cine-video y arte digital MEACVAD_07. Este tipo de encuentros siempre es interesante por la posibilidad de realizar contactos con maestros y colegas que trabajan desde otras ópticas y situaciones, con otro tipo de recursos; nutriéndose de una variedad cultural a veces desconocida por nosotros. Luego, si es posible desarrollar y mantener un diálogo con ellos sería absolutamente enriquecedor.
Las mesas de presentación, debate y reflexión, presentadas el día de ayer, han sido muy buenas como oportunidad para conocer, ver y escuchar inquietudes y modos de encarar tareas de producción y exhibición.
Como espectadora tuve el gusto de escuchar la siempre apasionada voz de don Clemente Padín, un maestro que no perdió en nada el gusto por lo lúdico, la curiosidad, la solidaridad y empatía con los más jóvenes, como el caso de dos de los integrantes del colectivo artístico Arteproteico. Ver a estos tres jóvenes de la fotografía, uno con la felicidad de la experiencia en su patrimonio y los otros dos ávidos por concretar sus proyectos, con toda la fuerza y potencia propias y no exclusivas de la juventud fue absolutamente conmovedor.
Escuchar la voz de los colegas mexicanos en el relato de la artista Tania Aedo Arankowsky, así como ver la experiencia que estan realizando, las posibilidades y dificultades que tienen fue además de interesante, enriquecedor.
Verse y reconocerce en el relato de los artistas argentinos Inés Szigety y Gustavo Galuppo quienes compartieron en parte, las dificultades que en una u otra medidad experimentamos quienes vivimos y producimos obra aquí, en nuestro país, así como también los logros que suelen concretarse contra viento y marea, resultó un espejo interesante.
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