Una señorita diariamente se levanta a las 4 AM para llegar a tiempo a su trabajo treinta y tres Km de donde vive. Llega a la estación terminal de tren donde es arrinconada por segunda vez en lo que va del año, por un par de delincuentes exigiéndo la entrega de su cartera. Saqueos, robos y hurtos cometidos lamentablemente a diario. Gente de trabajo atropellada en sus derechos, robada de sus legítimos beneficios, burlada por un Estado Ausente y gobernada por demagogos legalizados por el obsceno voto de la ignorancia y el clientelismo.
Por otro lado la fuerza de la Cultura, del verbo, del pensamiento (ágil, agudo, lapidario, si fuese necesario) y una voz clamando y mirando el pasado con la profunda voluntad de comprender el presente...
"Cortados del mundo de la civilización occidental, volveríamos a ser meros desiertos en los confines. Lenguas vacías, alguna posta entre espinillos, jaurías de perros cimarrones y la bendición de alguna torre caleada de campanario señalando la ciudad, con su señoría ignorante y con todo el tedio de la incultura de los universos marginales." Abel Posse, para LA NACION
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